Susana Morales
Juan Pablo Repetto
En este espacio presentamos el encuentro o cruce de los autores que aparecen en las pestañas construidas en la parte superior de este blog. Para poder interpretar el alcance de nuestra apreciación teórica sobre el tema de "la cultura escrita" es fundamental leer la mirada de cada uno de los autores presentados para también interactuar y aportar una mirada más al tema que nos reúne.
En
sintonía con los autores referenciados, estamos en condiciones
de postular una confluencia entre los fundamentos que sostiene cada uno de
ellos.
El
término alfabetización es relativamente nuevo. Cuando nos referimos a este
proceso, ninguno de los autores puede separarla del ámbito del aprendizaje y la
enseñanza. “La alfabetización (...) y la pos-alfabetización implican esfuerzos
en el sentido de una correcta comprensión qué es la palabra escrita, el
lenguaje, y sus relaciones con el contexto de quien habla y de quien lee y
escribe, comprensión por tanto de la relación entre ‘lectura’ del mundo y
lectura de la palabra...”[1]
Como
observamos, la alfabetización se encuentra directamente vinculada con la comunicación,
en la medida en que el aprendizaje de habilidades de lectura y escritura le
permitirá al sujeto interactuar de mejor manera con el mundo social. En este
sentido, una de las funciones de los procesos de enseñanza y aprendizaje es la
de alfabetizar, y hoy las TICs se posicionan como recursos mediante los cuales la
adquisición de estas habilidades puede ser posible.
Judith Kalman, en su estudio sobre las Organización
de Estados Iberoamericanos (OEI), puede ver que en varios países de
Latinoamérica, las definiciones de alfabetización varían, pero todas coinciden
en un punto: considerarla como parte de un proceso escolar para la adquisición
de capacidades básicas y técnicas, como del dominio de la lectura y escritura,
asociadas al desarrollo social, económico y político de los países. En este
enfoque no se descarta el marco contextual: las nuevas alfabetizaciones, donde
no solo se puede reducir la instrucción en lectoescritura a través del libro,
sino que, con el auge de las TICs, se puede ofrecer en otros formatos y lenguajes.
En
el mismo sentido, la “reconceptualización” del concepto de alfabetización que
propone Buckingham sugiere ampliar esta noción, incorporando a los medios
digitales y electrónicos, que hoy en la vida escolar del niño representan un
complemento de información. En sus propias palabras, el autor sostiene que no se trata sólo de
desarrollar habilidades técnicas sino de estimular un conocimiento sistemático
de la manera como operan los medios, promoviendo maneras más reflexivas de
usarlos.
Con
esto no estamos descartando al tradicional modo de instrucción a través del
libro, sino que lo estamos ampliando e integrando a la alfabetización digital.
Es Jesús Martín Barbero quien sostiene que la Primera Alfabetización es a
través del libro, y es la que abre camino a la Segunda Alfabetización, la que
se rige por el uso de las TICs. Es decir, no las separa, si no que van de la
mano, como dos etapas de alfabetización, por así decirlo. El autor sugiere
terminar con las rupturas y comenzar a educar ciudadanos capaces de leer y
escribir, pero también de poder acceder a una web, ojear un periódico digital,
interpretar un videojuego, observar un video en Internet, etc.
Es
innegable el auge de las Nuevas Tecnologías, pero también es necesario
reconocer que la aplicación de ellas en el aula es una tarea sumamente difícil
y que debe realizarse de manera cuidadosa y adecuada.
Otra
de nuestras autoras, Marianne Peronard, sostiene que la incorporación de los
medios digitales en la educación es un hecho indiscutible, pero que aún no
demuestra ser efectivo. En un estudio que ella misma realizó con estudiantes
universitarios de diferentes carreras, arribó a que la lectura en Internet es eficaz por la cantidad de información que se tiene a disposición, pero no es tan
eficiente como la lectura en papel, ya que el nivel de comprensión en este
soporte demuestra ser mayor. No basta con disponer de computadoras para sacar
provecho de este recurso, también hay que poseer capacidad para utilizarlos.
Hoy
en el mundo existen diferentes Programas de Conexión e Inclusión a nivel
global, que tienden que la comunidad escolar pueda conectarse y acortar las
brechas digitales; pero a veces los Gobiernos los aplican por sus intereses
comerciales, con los fundamentos definidos vagamente y
olvidan establecer de manera clara los verdaderos objetivos pedagógicos de
estos programas. Esto termina arrojando resultados que no son demasiados propicios.
Estamos
hablando, sin duda alguna, de un verdadero desafío en educación. La adecuada inserción
de las TICs en nuestras aulas, en combinación con las formas tradicionales de
alfabetización y acompañadas de capacitación permanente hacia los docentes, podrían
institucionalizarse y proporcionarnos resultados que favorezcan a la formación
de ciudadanos, no solamente conectados, sino alfabetizados y preparados para
enfrentar al mundo.